domingo, 16 de noviembre de 2014

Primera sesión de la asignatura: Impresiones

En la sesión de esta primera semana, además de debatir sobre el uso de las TIC en la enseñanza de las lenguas extranjeras sobre el que ya he manifestado mi opinión en mi anterior entrada del blog, tratamos distintos temas relacionados con la didáctica de las lenguas. Me llamó la atención especialmente el planteamiento de por qué no se aplican distintas didácticas para impartir lengua española y lengua galega dependiendo del contexto lingüístico del alumnado, de si para los alumnos la lengua inicial es una u otra. Tras los comentarios de Carlos y las reflexiones que estos suscitaron, creo que efectivamente tendría todo el sentido del mundo adaptar la forma en que impartimos la materia en base a la realidad lingüística de los alumnos, ya que realmente no tienen las mismas necesidades los alumnos cuya lengua inicial es el gallego y aquellos para los que el gallego es una lengua ambiental. Igualmente, tal como se comentó en clase, creo que es cierto que debería potenciarse más el aprendizaje del portugués en Galicia. El hecho de ser lenguas tan próximas (considerados por muchos una misma lengua con diferencias dialectales o léxicas) hace lógica la existencia de una didáctica adaptada a los gallegos que quieren aprender portugués. Como comentamos en clase, la facilidad que tenemos los gallegos para adquirir una buena competencia lingüística en la lengua lusa se aleja abismalmente de la que pueden tener el resto de ciudadanos españoles, sin hablar ya los de otros países extranjeros. Esto lo digo con conocimiento de causa, ya que estando de erasmus en Bristol, Reino Unido, tuve la materia de lengua portuguesa donde el 99% de los alumnos eran ingleses. Sobra decir que el ritmo de aprendizaje era totalmente distinto y la dificultad que presentaban el resto de compañeros no tenía nada que ver con la mía. Igualmente, di durante dos años portugués en la facultad de Filología en Salamanca y de nuevo, se puede ver cómo los gallegos aprendíamos con mucha más facilidad. He encontrado una guía de lectura de portugués para galegófonos por si alguien le interesa y otro manual práctico del portugués para gallegos: "Portugalizar: Portugués para galegofalantes"de Elisabete Ramos, profesora de lengua portuguesa de la UVIGO. No obstante, creo recordar que en clase Carlos redujo el enfoque didáctico a estudiar diferencias en la lengua escrita. En este sentido discrepo: creo que hay más diferencias de las que parece: conjugación de verbos, léxico, fonética (por supuesto), reglas morfosintácticas... Pero bueno, sí es verdad que la realidad es que en general un gallego puede comunicarse con un portugués sin necesidad de recurrir a otra lengua que no sea la suya y que un enfoque contrastivo tiene mayor cabida en la enseñanza del portugués a gallegos.

Además de estas reflexiones, se introdujeron temas de bilingüismo muy interesantes y nos adentramos inevitablemente en aspectos sociolingüísticos. Me llamó la atención el caso de Bélgica, pues no era consciente hasta el momento de que en este estado la política lingüística no es en absoluto integradora. La existencia de distintas comunidades (la francófona, la flamenca y la germanófona) en donde las regiones lingüísticas son monolingües a excepción de la región de Bruselas capital (la única oficialmente bilingüe) y donde no es obligatoria la enseñanza de la otra lengua del estado, hace de la realidad sociolingüística belga un caso bastante especial, muy diferente al de España, por ejemplo. Es sorprendente que los habitantes de un mismo país (aunque sea federal) no tengan una lengua vehicular común y que el tema de la lengua haya generado tantos conflictos entre los hablantes del neerlandés y los francófonos.

Ya centrándonos más en contenidos de la materia, vimos las variedades de didáctica de lenguas extranjeras: AICLE -Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras- (CLIL en inglés o EMILE en francés), Lenguas para Fines Específicos y el aprendizaje precoz de una lengua extranjera. La didáctica y la metodología deberán adaptarse dependiendo de cómo enfoquemos la enseñanza de una lengua extranjera. Esta es la conclusión a la que llegamos en esta primera sesión, pero no hubo tiempo a profundizar más. Personalmente, creo que CLIL es una iniciativa interesante, pero que en la práctica, al menos en España no se está haciendo todo lo posible por que sea efectiva. Es decir, un profesor de inglés no tiene por qué tener conocimientos de otra materia y por ende, no es el formador idóneo para impartir la materia de forma bilingüe, por ejemplo, biología en inglés. Por otro lado, lo ideal sería que los profesores que pongan en práctica esta metodología tengan la competencia lingüística necesaria en lengua extranjera y la formación sobre cómo ponerlo en práctica en el aula. No siempre es así, diría que más bien no lo es en la mayoría de los casos. Creo que debería proporcionarse al profesorado mucha más formación. De todas formas, a veces pienso que no se le pueden pedir peras al olmo. ¿Cómo vamos a pretender que el nivel de lengua de un profesor de ciencias sociales sea muy alto cuando se dan situaciones de enseñanza mucho más alarmantes, como el hecho de que haya profesores que tienen que impartir materias "afines" que no son su especialidad, llegando al punto de ver a un profesor de inglés impartiendo lingua galega, o a uno de inglés dando francés? De cualquier forma, creo que el problema es que estos programas de bilingüismo no son homogéneos ni están regulados por el Ministerio de Educación (aunque por otro lado también me daría miedo qué medidas tomaría el gobierno para regularlo y uniformizarlo en todo el territorio español, además de que cada comunidad autónoma tiene su propia realidad educativa, socioeconómica...). No sé realmente si homogenizar la introducción de programas bilingües sería positivo. No sé lo que opináis vosotros.

En cualquier caso los centros educativos públicos de una misma ciudad siguen programas bilingües distintos (por ejemplo algunos centros están adscritos al convenio del MEC con el British Council y otros no), con un  número total de horas impartidas en el otro idioma diferentes, o recursos materiales y humanos variados, titulaciones o conocimientos del idioma  del profesorado diversos e incluso formación o incentivos distintos al mismo. No me parece una medida que vaya en la dirección de una educación igualitaria y mismas portunidades para todos, por no hablar de que la implantación de este tipo de programas casi siempre va a ser más fácil en centros concertados o privados donde la financiación y recursos son mayores. He leído, además, que hay estudios que dicen que hay un porcentaje significativo de alumnos que fracasan en la inmersión lingüística y que a veces el uso de una segunda lemgua dificulta el aprendizaje de la propia materia. También podría ser un obstáculo para alumnos que se incorporan de forma tardía al programa (porque vienen de otro centro, por haber repetido curso...). No sé, se podría debatir mucho sobre la aplicación de programas CLIL en nuestro país. Os dejo dos links donde podréis acceder a dos blogs donde se habla de programas CLIL y su puesta en práctica en el aula: zona CLIL y aula CLIL. 


En mi siguiente entrada, intentaré compartir alguna experiencia profesional de tipo personal que hace referencia a los distintos enfoques metodológicos en base al tipo de alumnado y sus necesidades. Espero seguir leyendo vuestras experiencias y que podamos aprender al máximo los unos de los otros. À la prochaine! 

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